sábado, 6 de agosto de 2011

El Poder de la Música.

¿Música no adventista en la IASD?
La música puede transmitir más que sentimientos y emociones, es un campo de acción sobre el que se libra una gran batalla.
Por ARIEL GÓMEZ.
Revista ADVENTISTA – Junio de 2002
División Sudamericana

Desde hace más de seis mil años hay una guerra en desarrollo. De un lado del campo de batalla
encontramos una trinchera, la de la Verdad Presente, donde se refugia el Remanente. Del otro, una gran cantidad de trincheras, algunas directamente opuestas y enfrentadas a la primera; otras más cercanas, casi mimetizadas con ella; pero en todas, destacados escuadrones que no recogen sino que desparraman.
Las que más nos preocupan son las últimas, las que tratan de imitar la trinchera de la Verdad Presente. Algunas son tan parecidas que cuesta distinguirlas. Más aún, como los ancestros de los soldados que se parapetan allí alguna vez estuvieron en la trinchera de la Verdad Presente, no despiertan en los soldados del Remanente los temores que generan los que están en posición más opuesta. ¡Incluso, a veces, los consideran como escuadrones propios!.
Lo más llamativo es que, en medio de una guerra feroz, esos escuadrones hacen algo muy extraño: ¡de vez en cuando arrojan flores a los soldados de la Verdad Presente!.
¿Cuál es el objetivo de lanzar flores en vez de balas?. El propósito es confundir, (el pueblo de Dios es el que utiliza esta estrategia extraña a la lógica humana), logrando que los soldados del Remanente piensen que los escuadrones de las trincheras cercanas son aliados y, por lo tanto, les resulte fácil creer que da lo mismo estar de un lado que del otro.
Si bien esas flores son parecidas a las que cultiva el Remanente, hay diferencias no visibles a simple vista. Ellas fueron cultivadas en una tierra que carece de dos elementos esenciales: Espíritu y Verdad. A lo largo de los siglos, el enemigo ha logrado algunas imitaciones del Espíritu y ha preparado algunos fragmentos de Verdad. Pero como la verdad a medias no es verdad, y el Espíritu es uno, las flores que se cultivan en aquel lado del campo de batalla podrán parecer, pero nunca serán, auténticas.

¿Qué significan las flores falsas?
Consideremos la aplicación de esta parábola. Sabiamente, el Manual de la iglesia dice que las personas de otras denominaciones no están autorizadas a predicar en nuestros púlpitos. Sin embargo, casi cada sábado permitimos que en los cultos de adoración o en las sociedades de jóvenes esa gente enseñe “su verdad” a través de planteamientos sutiles que no son propios de la Biblia y, por lo tanto, de la Iglesia Adventista. Lo que no logran a través de la palabra hablada, lo consiguen mediante la que es cantada... ¡casualmente(o no), una de las formas más eficaces de transmitir y fijar las enseñanzas!. Lamentablemente, una buena proporción de las canciones que se interpretan en los momentos de la llamada “ofrenda musical” dentro del culto de adoración, y muchas de las canciones que se enseñan en nuestros cultos de jóvenes, campamentos, etc., provienen de autores –ministros de la palabra cantada– evangélicos, protestantes o pentecostales; en definitiva, personas identificadas con el “protestantismo apóstata”.
La estrategia es tan astuta que ni siquiera le prestamos atención. Al no permitir que personas de otras denominaciones prediquen, y como un músico extraño sería puesto a prueba primero, el enemigo se las ingenió para infiltrarse utilizando la estrategia del canto. Mediante éste, con una sutileza digna de mejor causa, introduce “su mensaje”, que aparenta armonizar con la verdad.
Esas son las flores contaminadas que nos arrojan desde las trincheras cercanas. Lo triste es que las aceptamos alegremente. ¡Qué ingenuidad!. Elena de White dice que “la fuerza es el último recurso de toda religión falsa. Al principio emplea la atracción, así como el rey de Babilonia probó el poder de la música y la ostentación externa. Si esos atractivos, inventados por hombres inspirados por Satanás, no hacían que los hombres adoraran la imagen, las devoradoras llamas del horno estaban listas para consumirlos. Así será ahora[pronto]”.

La globalización del remanente.
El objetivo de esta estrategia es producir acostumbramiento, acortar distancias y eliminar barreras, para que cuando la crisis y la persecución se desaten, resulte menos chocante pasarse al grupo equivocado. A Satanás le da igual que estemos en cualquier trinchera, siempre que no sea en la del pueblo remanente. Es así como surge lo que llamamos música genérica, que no define creencias teológicas, es superficial, repite temas como el amor y la gracia de Dios, alabanza a Dios, etc.
La preocupación sobre la pérdida de identidad queda reflejada en la introducción de la Guía de estudio de la Escuela Sabática, cuando dice que actualmente algunos adventistas “afirman no sólo que no nos diferenciamos de otras iglesias, sino que no debiéramos ser diferentes ni deberíamos destacar demasiado nuestro mensaje y misión distintivos”.
Luego agrega: ... “lo que Dios nos ha dado son verdades cruciales y distintivas que nos hacen adventistas del séptimo día. No luteranos, no episcopales, no bautistas ni metodistas, sino adventistas, adventistas del séptimo día. No es que todas esas verdades sean exclusivas de los adventistas... Pero tomadas en conjunto, en el contexto de lo que llamamos ‘la verdad presente’, estas enseñanzas constituyen un mensaje distintivo que nadie más está proclamando”. Con ésto no quiero decir que el manejo, a mi modo de ver irresponsable, que muchas veces se hace de la música es la única causa de lo que está sucediendo. Pensar así sería tan peligroso como la realidad que estamos tratando de plantear. Sin embargo, como ésto sucede en el corazón mismo del culto de adoración y de algunas otras actividades de nuestra iglesia, me parece que es especialmente significativo y digno de nuestra atención y esfuerzo, con la finalidad de cambiar las cosas.

El cántico del remanente.
Al hablar de los 144.000, el apóstol Juan dice: “Y cantaban un cántico nuevo delante del trono... y nadie podía aprender el cántico” (Apoc. 14:3). Es impresionante, el remanente del tiempo del fin pasará por una experiencia tan distintiva, que el resto de los redimidos no podrá unirse a su canto. ¡Ni siquiera los grandes reformadores y mártires que a lo largo de la historia arriesgaron su vida y su libertad para seguir a Cristo!. Estando tan cerca de su segunda venida, ¿será que el Remanente necesita abastecerse en fuentes extrañas porque no pueda generar un cántico distintivo?. ¡Puede hacerlo!.
¿Qué diríamos si nuestros pastores todos los sábados repitieran los sermones de grandes protestantes?.
Algunos serían teológicamente inobjetables, pero recordemos que fueron hechos por quienes
desparraman, sutilmente, ¡pero desparraman!. No, nuestros predicadores tienen la obligación moral y espiritual de tener algo propio que decir. El sermón debe surgir de su experiencia y de su estudio. ¿Por qué no sugerir a nuestros músicos, ministros de la palabra cantada, que tengan la misma exigencia?. Nuestra iglesia necesita de manera urgente músicos-cristianos, quienes a diferencia de los músicos-artistas, logren un equilibrio santificado entre la técnica, el mensaje y también el ritmo. Si sólo importa la técnica, convertimos a la música en un show y la vaciamos del papel que desempeña tanto en la experiencia cristiana como en el culto de adoración.
...debemos encarar con mayor énfasis y dedicación la tarea de buscar una música que nos distinga.

Cuando el mensaje es aparentemente correcto.
Quienes no comparten este punto de vista dicen que si las canciones son teológicamente correctas, no hay inconveniente en presentarlas a la iglesia. Sin embargo, recordemos... ¡nadie le ayuda al enemigo a ganar la guerra!. Cuando Pablo y Silas, en Filipos, fueron seguidos por una muchacha que tenía espíritu de adivinación, el mensaje que ella gritaba era teológicamente correcto (Hechos 16:16). Sin embargo, sus “aportes” no los ayudaban para nada. “Esta mujer era un instrumento especial de Satanás... Su influencia había ayudado a fortalecer la idolatría. Satanás sabía que se estaba invadiendo su reino, y recurrió a este medio de oponerse a la obra de Dios, especialmente mezclar sus falacias con las verdades enseñadas por los que proclamaban el mensaje evangélico. Las palabras de recomendación pronunciadas por esta mujer eran un perjuicio para la causa de la verdad, pues distraían la mente de la gente de las enseñanzas de los apóstoles. Deshonraban el evangelio, y por ellas muchos eran inducidos a creer que los hombres que hablaban con el Espíritu y el poder de Dios estaban movidos por el espíritu que impulsaba a esa emisaria de Satanás”.
No, no todo da igual. Las diferencias teológicas pueden ser infinitesimalmente pequeñas, pero las pequeñas concesiones abren caminos que tienen una eternidad de diferencia. No se debe mezclar lo sagrado con lo que no lo es. Nadab y Abiú olvidaron que si bien el fuego es siempre fuego, el que se ofrecía en el santuario debía tener un origen especial.
En una sociedad marcada por el relativismo, no es fácil aceptar que hay situaciones en la vida donde sólo hay negro y blanco, que lo que parece gris a nuestros ojos es sólo una variante del negro. Aunque tenemos derecho a escudriñar todo y retener lo bueno, no tenemos licencia para introducir fuego extraño en el culto de adoración y en las actividades del templo, donde el pueblo ofrece a Dios lo que él acepta como ofrenda, y no la ofrenda de las naciones vecinas.

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ARIEL SERGIO GÓMEZ es licenciado en Teología y actualmente estudia Medicina con la finalidad de ampliar su ministerio. Es anciano de la iglesia de Florida, en Buenos Aires, Rep. Argentina.
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Referencias
1 Elena G. de White, citado por Carlos A. Steger, “La música en el gran conflicto entre Cristo y
Satanás”, en La música en la iglesia (Argentina, Depto., 1999), pp. 47, 48.
2 Carlos A. Steger, “La música en el gran conflicto entre Cristo y Satanás”, en La música en la iglesia, p. 46.
3 “El papel de la música en el Nuevo Orden Mundial” en La música en la iglesia, pp. 34, 35.
4 Joel Musvosvi, Pilares de nuestra fe (Guía de estudio de la Biblia, edición maestros, 3er trimestre del 2001), p. 3.
5 Elena de White. Los hechos de los apóstoles, p. 175.
6 Elena de White dice: “El canto es uno de los medios más eficaces para grabar la verdad espiritual en el corazón” (Review and Herald, 6 de junio de 1912).
7 Rodolfo Hein, “Apuntes preparados para la materia Culto y Adoración” (UAP, tercer trimestre de 1991)




martes, 17 de agosto de 2010

Pioneros de la Iglesia Adventista.

El estado actual de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, se debe en gran parte al trabajo, dedicación y dependencia en Dios de Hombres y mujeres, que sumergidos en ferviente oración trazaron o mas bien siguieron fielmente el camino señalado por nuestro Padre Eterno. Camino que los condujo a múltiples dificultades, pero a pesar de esto continuaron firmes en el nombre de nuestro redentor Cristo Jesús."No temas en nada lo que vas a padecer. He a qui, el diablo echara a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Se fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida." Apocalipsis 2:10.
Estos son algunos de ellos:

Jose Bates.
El Apóstol de la Verdad del Sábado.


Nacio el 8 de Junio de 1792 - Murio el 19 de Marzo de 1872

Fairhaven, Massachusetts, es una pequeña y quieta ciudad al otro lado del río Acushnet, cerca del antiguo pueblo ballenero de Nueva Bedford. A esa comunidad de Nueva Inglaterra llegaron y se establecieron en un pequeño rancho, los padres de José Bates cuando José era apenas un infante. Allí este futuro pionero de la iglesia pasó su niñez. Allí también el amor por el mar penetró en su sangre y a la edad de quince años, se hizo a la mar en un velero comercial. Por los siguientes veintiún años, fue marinero. Sus emocionantes aventuras en el mar y la historia de su vida llena de colorido es contada por Virgil Robinson en su libro "De Grumete a Cruzado Adventista" (Southern Publishing Association, 1960).

Bates regresó a la vida civil en 1828 con una pequeña fortuna. Llegó a estar involucrado en la causa abolicionista y fue conocido como un hombre intrépido y de convicción. Bates estaba trabajando en adquirir una propiedad para una escuela industrial cuando aceptó los puntos de vista de Guillermo Miller en relación con la pronta venida de Cristo. En un año, más o menos, el jubilado capitán llego a ser un respetado evangelista y dirigente espiritual entre los adventistas. El presidió una de las primeras asociaciones de los adventistas.

En la primera parte del año de 1845, Bates fue dirigido providencialmente a entender la verdad concerniente al séptimo día como el Sábado Bíblico. Visitó Washington, New Hampshire, donde un grupo de adventistas habían comenzado a observar el séptimo día. Fortalecido por esta experiencia, llegó a ser el apóstol de esta "recién" descubierta doctrina. En 1846 publicó un folleto de 48 páginas sobre el tema. El capitán Bates estuvo presente en las conferencias "sabáticas" de 1848 donde importantes enseñanzas bíblicas fueron desenterradas por los adventistas guardadores del sábado de la mina de oro de las Sagradas Escrituras. Estas recién descubiertas doctrinas llegaron a ser la "plataforma de fe" de los Adventistas del Séptimo Día.

El respetado capitán era el más antiguo miembro de los pioneros de nuestra iglesia y llegó a ser el primer presidente de una Asociación local de los Adventistas del Séptimo Día (Michigan, 1861). Vivió hasta una edad bastante avanzada. Una de las razones de su fortaleza física, a pesar de los muchos sacrificios, fue sin duda su vida temperante y su dieta sencilla. Organizó una de las primeras sociedades de temperancia en los Estados Unidos. El capitán Bates era un hombre espiritual con puntos de vista bien definidos y valiente como un león. No vacilaba en sacrificarse cuando llegaba la necesidad. Demos gracias a Dios por este venerable capitán apóstol de la verdad del sábado.

Guillermo Miller.

Heraldo del Segundo Advenimiento.

Nació el 13 de febrero de 1782 - Murió el 20 de diciembre de 1849

Cuando niño Guillermo Miller vivió en una finca al este de Nueva York. A la muerte de sus padres, heredó la finca. Cuando joven fue un estudiante diligente, consiguiendo prestado libros y leyendo siempre que tenía oportunidad. En la noche, después que sus padres se retiraban, se levantaba en silencio, tomaba un libro, se acostaba frente a la chimenea y estudiaba. Una noche su padre lo sorprendió y amenazó con pegarle si no descansaba y dejaba sus hábitos ridículos de estudio.

Miller tenía una formación religiosa sólida, pero se ató a la "multitud equivocada". Sus amigos eran deístas. Esta gente puso a un lado la Biblia y tenía ideas vagas acerca de Dios y su personalidad.

Pero Miller fue siempre un hombre de carácter moral elevado. Lo que no pudo encontrar en la religión lo trató de obtener en realización elevadas y patrióticas. Sirivió con distinción a su patria como oficial en la guerra de 1812. Más tarde en su comunidad natal sirvió como juez de paz.

Cuando Miller tenía treinta y cuatro años, se sintió descontento con sus perspectivas. El Espíritu Santo impresionó su corazón y se volvió al estudio de la Palabra de Dios. En este libro, Jesús le fue revelado como su Salvador. Encontró en Cristo la respuesta a todas sus necesidades. Decidió estudiar la Biblia cuidadosamente y establecer, si podía, la respuesta a los muchos problemas que lo tenían perplejo. Su estudio lo condujo a las grandes profecías que indicaban la primera y la segunda venida de nuestro Señor. Las profecías del tiempo le interesaban, particularmente las de Daniel y Apocalipsis.

En el año 1818, como resultado de su estudio de las profecías de Daniel 8 y 9, llegó a la conclusión de que Cristo vendría en algún tiempo del año 1843 ó 1844. Vaciló hasta 1831 antes de empezar a anunciar sus descubrimientos. Entonces la suerte fue echada. Por su primer servicio público podemos marcar los principios del movimiento adventista en Norteamérica. En los meses y años que siguieron aproximadamente 100,000 personas creyeron en la inminente segunda venida de Cristo.

Miller vivió varios años después del chasco de 1844. Murió en Jesucristo en 1849. Cerca de su casa en Low Hampton hay una pequeña iglesia que él construyó antes de morir. A pesar de su incomprensión del evento que debía acontecer en 1844, Dios lo usó para despertar al mundo en cuanto a la proximidad del fin y a la preparación de pecadores para el tiempo del juicio.

Descansa en el pequeño cementerio de Low Hampton, Nueva York, esperando el llamado del Dador de la vida.

John Nevis Andrews.

Primer Misionero Extranjero.

Nació el 22 de julio de 1829 - Murió el 21 de octubre de 1883

J. N. Andrews simboliza una cosa para los Adventistas del Séptimo Día. Fue el primer misionero Adventista del 7º Día que viajó en 1874 al occidente de Europa para establecer la obra en Suiza.

Pero olvidamos que él fue también el autor del libro histórico, "Historia del Sábado". Pocos de nosotros conocemos a J. N. Andrew como el 3er presidente de la Asociación General del 14 de mayo de 1867 al 18 de mayo de 1869. Fue precedido únicamente por Juan Byington y Jaime White. Este gigante literario, profundo estudiante y santo, fue también el editor de nuestra venerable revista de iglesia, la Review & Herald. Aunque vivió solamente 54 años, se distinguió así mismo como uno de los mejores escritores que jamás hayamos tenido. Estuvo asociado muy de cerca con el pastor y la señora White en la dirección pionera y el trabajo evangelístico de la iglesia naciente.

Andrews se desarrolló vigorosamente en su servicio pionero en el occidente de Europa. En muchas maneras estaba calificado para el trabajo misionero. En otras habría hecho mejor en su tierra natal. No obstante Dios lo usó para reunir las esparcidas compañías que guardaban el sábado en Inglaterra y en el continente, y para organizar la obra, con oficina central en Basilea, Suiza. Murió en el servicio activo, un sacrificado misionero pionero.

Juan Byington.

Primer Presidente de la Asociación General.

Nació el 8 de octubre de 1789 - Murió el 7 de enero de 1887

Juan Byington era un itinerante predicador metodista antes de llegar a ser predicador Adventista del 7º día. Era un oponente vigoroso de la esclavitud y se dice que su hogar estaba en el viejo sótano de una estación de los ferrocarriles que ofrecía refugio a los esclavos que escapaban del Sur en busca de libertad. No aceptó el mensaje adventista hasta después de haber cumplido 50 años. Entonces llegó a ser un enérgico predicador de la verdad. Ayudó a organizar una de las primeras iglesias adventistas en Buck's Bridge, New York. Fue un hombre práctico y ayudó a construir varias de las primeras iglesias Adventistas del Séptimo Día.

En mayo de 1863, representantes de los adventistas observadores del sábado fueron enviados a Battle Creek, para la primera sesión de la Asociación General. 20 delegados asistieron, representando seis conferencias. Un comité ejecutivo de tres personas fue nombrado. El Pastor Juan Byington fue elegido el 21 de mayo, el primer presidente de la Asociación General.

La iglesia de Buck's Bridge, donde Byington hizo su hogar, fue edificada en 1855, en el mismo año que se construyó la primera iglesia en Battle Creek. Sin embargo, es probable que la iglesia en Buck's Bridge se construyera antes. No era una iglesia grande, tenía 20 a 30 pies con una extensión de 15 pies en la parte de atrás. Las piedras del fundamento esparcidas pero todavía tendidas en la escena, testifican de la hermosa ubicación de esta antigua e histórica señal.

En el año 1854 comenzó aparentemente a funcionar la escuela de Buck's Bridge. Fue fundada 2 años antes de la primera escuela elemental en Battle Creek. La hija del pastor Byinton, Martha, enseñó en esta escuela. Se casó con Geoge Amador, quien era my conocido en la oficina de la "Review and Herald" en Battle Creek. Como capataz e impresor. Byington vivió bastante como para ver a la iglesia que él estableció, llegar a ser una iglesia misionera con obra en varios continentes. Murió cuando tenía 88 años de edad.

Raquel Preston.

Una celosa Guardadora del Sábado.

Nació el 2 de marzo de 1809 - Murió en 1868

Un indicio del importante papel que la Sra. Preston jugó en la historia de la iglesia Adventista primitiva se obtiene al mirar la inscripción sobre la lápida de su tumba:

"Raquel Preston fue usada por Dios en llevar la verdad del sábado a la iglesia Adventista de Washington, New Hampshire; la cual llegó a ser la primera iglesia Adventista del Séptimo Día en América".

Raquel Preston era una Bautista del Séptimo Día cuando vino a Washington. Su hija Raquel Delight Oakes, llegó a ser la esposa de Cyrus Farnsworth, quien con su hermano Guillermo fueron los primeros observadores del sábado entre los adventistas de Washington.

Fue en el año 1837, que Raquel Harris Oakes y su hija se unieron a la iglesia Bautista del Séptimo Día en Vernon, Vermot. Evidentemente su esposo, Emory, murió allí, aunque no hay ninguna declaración al respecto. En el año de 1843 Raquel Oakes y su hija, Delight, se mudaron a Washington, New Hampshire. Delight enseñaba en la escuela. Su madre vivía con ella y llegó a ser el instrumento en las manos de Dios para llevar la luz del sábado a ese grupo de adventistas. Los adventistas a su vez, le trajeron la bendita esperanza del segundo advenimiento. En Washington conoció a Nathan T. Preston, con quien contrajo matrimonio. Vivieron allá y en Milford por muchos años y finalmente regresaron a Vernon, Vermot, donde murió y fue enterrada.

Jaime White.

El Apóstol Pablo del Movimiento.

Nació el 4 de agosto de 1821 - Murió el 6 de agosto de 1881

Los Adventistas del Séptimo Día nunca han conocido a un ejecutivo y dirigente misionero más talentoso y capaz que Jaime White. Fue también un poderoso evangelista público. No solo participó con William Miller y José Bates y tantos otros predicadores en la proclamación del advenimiento de nuestro Señor cerca de 1840, sino que sobrevivió al movimiento millerita para llegar a ser el primer gran apóstol de la causa Adventista del Séptimo Día.

La palabra "el primero" se aplica a Jaime White como a ningún otro ministro en la iglesia. Fue el publicador del primer periódico editado por los Adventistas del Séptimo Día, La Verdad Presente, (1849). Fue el primer editor de la Review and Herald (1850), del Youth's Instructor (1852), y también del Signs of the Times (1874). Podría haber sido el primer presidente de la Asociación General, pero rechazó el honor ofrecido por la mayoría de sus hermanos porque había sido jefe defensor de la Organización de la Iglesia. No quería que la gente pensara que estaba elaborando un puesto para sí mismo. Sin embargo, fue presidente de la Asociación General entre 1865-1867, 1868-1871 y 1874-1880.

La contribución de Jaime White a la iglesia fue tanto en el campo de publicaciones como en el de liderazgo y administración de la iglesia. Si hubo un fundador de la Review and Herald Publishing Association fueron él y su esposa, Elena G. de White. Lo mismo podría decirse de la Pacific Press Publishing Association. Jaime White fue el patrocinador y promotor de estas dos grandes instituciones.

Murió el 6 de agosto de l881, cuando tenía solamente sesenta años. Literalmente se mató a sí mismo trabajando. Se elevó a tal estatura que fue difícil persuadir a otros hombres a encargarse del trabajo, pues ellos pensaban que él estaba calificado para hacerlo mucho mejor. Su esposa le aconsejó que compartiera sus responsabilidades. Trató de hacer esto, pero Jaime White era una figura grandiosa, un excelente financista y administrador, escritor, evangelista y ejecutivo. Los hermanos se apoyaron tanto en él que la imponente figura cayó. Sus sesenta años de vida fueron gastados generosa y sacrificadamente. Ningún otro ministro adventista del séptimo día hizo más que él para construir altos principios y eficiencia dentro de la vida de nuestras iglesias e instituciones.

Elena de White.

Mensajera del Señor.

Nació el 26 de noviembre de 1827 - Murió el 16 de julio de 1915

Elena G. de White fue la más conocida de todos los adventistas del Séptimo Día, no solamente porque fue dotada con el don de profecía, sino por su marcada influencia en la formación de un movimiento mundial dinámico. Durmió en Cristo el 16 de julio de 1915, pero su fama sigue creciendo al pasar los días.

Cuando era joven adolescente participó en la proclamación Millerita de 1840. Igual que miles pasó por el chasco, pero su fe nunca vaciló. Llegó a ser una de los 3 pioneros originarios de la iglesia teniendo parte con el que sería su esposo, Jaime White y José Bates en esparcir la nueva luz sobre la purificación del santuario y el sábado.

Poco después de su primera visión, Elena Harmon fue instruida por el ángel del Señor a escribir lo que se le había revelado. Dijo: "Temprano en mis labores públicas, el Señor me ordenó, 'Escribe, escribe las cosas que te he revelado'. En el tiempo en que este mensaje vino a mí, no podía sostener mi mano firme. Mi condición física hizo imposible que escribiera".

"Pero otra vez vino la palabra del Señor: 'Escribe las cosas que te son reveladas' ... Obedecí y como resultado no pasó mucho tiempo antes que pudiera escribir página tras página con relativa facilidad. ¿Quién me dijo lo que debía escribir? ¿Quién aseguró mi mano derecha e hizo posible que usara la pluma? Fue el Señor". Review and Herald, junio 14 sw 1906. (Citado en Messenger to the Remnant, pág. 109).

Su primera revelación profética en diciembre de 1844 fue seguida por aproximadamente otras 2000 en forma de sueños proféticos de noche o visiones de día. La última visión mostrada, trataba sobre el bienestar espiritual de los jóvenes; la fecha, marzo 3 de 1915. Durante los setenta años de su ministerio público entre 1844 y 1915 escribió aproximadamente 25 millones de palabras o cien mil páginas de material manuscrito. ¡Esto es una gran cantidad de escritura!

Los consejos tempranos de la Sra. White en el área de administración y organización de la iglesia, en las ramas de Salud, Evangelismo Médico, Educación y publicaciones son bien conocidos. Sus muchos libros guardan estos mensajes para las iglesias de hoy. Sus escritos no son anticuados, sino que están al día. En algunas áreas de ciencia y educación el mundo no ha aplicado todavía los principios y filosofías enunciadas por la Sra. White. Donde sus consejos han sido puestos en práctica, los resultados han confirmado su origen divino.

El esposo de la señora White murió el 6 de agosto de 1881. Por cerca de treinta y cuatro años la señora White fue viuda. Trabajó dos años en Europa, del verano de 1885 al verano de 1887. Fue pionera en Australia de 1891 a 1900. Los once años pasados en el servicio extranjero ponen de relieve el carácter internacional de su ministerio. Fue verdaderamente una mujer que perteneció al mundo, no simplemente a un grupo provincial. Aunque era americana comprendía que su misión era para la iglesia mundial.

El 13 de febrero de 1915, se cayó en su casa en St. Helena y se quebró la cadera. Murió el 16 de julio de l915. El funeral fue dirigido el 24 de julio de 1915 en Battle Creek. Fue enterrada en Oak Hill Cementery al lado de su esposo y otros parientes. Aunque está muerta, todavía nos habla en los 65 libros que ahora están disponibles en inglés y en muchas traducciones extranjeras.










lunes, 26 de julio de 2010

Historia Adventista.



La Iglesia Adventista del Séptimo Día (comúnmente abreviada Iglesia Adventista) es una denominación cristiana distinguida por su observancia del sábado, el séptimo día de la semana judeocristiana, como el día de Reposo (Shabbath), y por su énfasis en la inminente segunda venida de Jesucristo. Es el octavo mayor organismo internacional cristiano.

La denominación surgió del Movimiento Millerista en los Estados Unidos a mediados del siglo XIX y se estableció oficialmente en1863. Entre sus fundadores se destaca Ellen G. White, cuya extensa obra los adventistas siguen respetando actualmente.

Gran parte de la teología de la Iglesia adventista corresponde a las enseñanzas evangélicas, tales como las de la deidad y la de la infalibilidad de la Biblia. Las diferencias incluyen el estado inconsciente de los muertos y la doctrina de un «juicio investigador». La iglesia es también conocida por su énfasis en la dieta y la salud, su comprensión holistica de la persona, su promoción de la libertad religiosa, y sus principios y estilo de vida conservadores.

La iglesia mundial se rige por una «asociación general», con regiones más pequeñas administradas por divisiones, uniones, misiones/asociaciones y distritos. Actualmente cuenta con una membresía de más de 16 millones de personas, tiene una presencia misionera en más de 200 países y territorios y se diversifica étnica y culturalmente. La iglesia administra numerosas escuelas, hospitales y casas editoriales en todo el mundo, así como una destacada organización humanitaria conocida como la ADRA (Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales).

Las doctrinas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día se basan completamente en la Biblia anabaptista. La doctrina protestante del «sacerdocio de todos los creyentes» es tan central en el pensamiento de los adventistas que los miembros siempre han sido animados a estudiar la Biblia para descubrir la verdad por sí mismos, guiados por el Espíritu Santo. Esto puede llegar a explicar su renuencia para establecer un credo. La doctrina adventista se asemeja a la corriente ortodoxa principal de la teología protestante trinitaria, con algunas excepciones.

Para los adventistas, la Biblia es la fuente por excelencia de la verdad acerca de Dios y el testimonio de Jesucristo como el estilo real y verdadero de vida.

Tradicionalmente, los adventistas se han opuesto a la formulación de declaraciones de credo, aceptando la Biblia completa como su único credo. A los fines de la coherencia interna, los adventistas han formulado un grupo de creencias fundamentales y prefieren verlas como descriptivas en lugar de prescriptivas. Hasta 2005 poseía 27 creencias fundamentales, pero durante la Sesión de la Asociación General de la Iglesia de ese año, se agregó una más, teniendo así en total 28 creencias fundamentales.

Ademas la Iglesia Adventista ha sido bendecida por los escritos de Ellen White, entre los cuales se encuentran muchas cartas, revistas y libros a través de los cuales Dios ha manifestado su Amor y Misericordia para con su pueblo.

ADRA.

La ADRA (Adventist Development and Relief Agency: ‘agencia adventista de desarrollo y alivio’: Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales) es la rama humanitaria mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, establecida con el propósito específico de desarrollar económica y socialmente comunidades desfavorecidas y ayudar a paliar efectos de desastres.

ADRA Internacional cumple su misión en 120 países, sin discriminación por raza, género o creencias políticas o religiosas. Opera en cinco actividades principales: seguridad alimenticia, desarrollo económico, primeros auxilios, respuesta a desastres y catástrofes y educación básica.

Desde hace más de 50 años la iglesia ha estado activamente promoviendo la ayuda humanitaria a través del trabajo de la ADRA, que trabaja como una agencia no sectaria de ayuda humanitaria en más de 120 países del mundo. ADRA ha sido conferida el Estado Consultivo General por la comisión de Economía y Sociedad de las Naciones Unidas. En todo el mundo, ADRA emplea más de 4000 personas para ayudar tanto a proveer ayuda humanitaria en las crisis y el desarrollo en situaciones de pobreza.

Después, y a causa de la Segunda Guerra Mundial, la devastación en Europa, el Norte de África y países de Asia, hizo que la Iglesia adventista se organizase de manera inmediata para prestar su ayuda a las víctimas de la guerra. Se prepararon almacenes para organizar y procesar los materiales y alimentos que, posteriormente, se enviaron por barco a los diferentes países que sufrieron los horrores de la guerra.

En 1956 la Asociación General de la Iglesia Adventista creó el SAWS (Servicio de Beneficencia o Sociedad de Servicios Comunitarios). Este nombre fue modificado en 1973, denominándose Servicio Mundial de la Iglesia Adventista. En cada país este servicio tenía un nombre distinto. En los países de habla hispana se denominó ACFE (Asociación Civil Filantrópica y Educativa). Pero en 1983 este servicio de alcance mundial tomó el nombre actual de ADRA. El objetivo era poner más énfasis en programas de desarrollo para los países más pobres y potenciar la ayuda humanitaria y de emergencia allí donde las necesidades fuesen más perentorias.

ADRA está considerada por los organismos internacionales como una red de agencias de ayuda humanitaria y de desarrollo. Es una ONG confesional que, estando vinculada a la Iglesia adventista, mantiene su estructura y organización administrativa de manera independiente. En los momentos actuales está actuando en más de 140 países.


MI IGLESIA RENACER.

En las siguientes imágenes aparecen los miembros y visitas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Renacer de Turbo, en retiros espirituales, paseos y demás actividades.


Familia Mestra Argumedo.


Miembros de la iglesia Renacer.


De izquierda a derecha: Nelly Villadiego, Geily Acosta,
Maria Yakeline, Eleana Acosta y Francisca Waldo.


De izquierda aderecha: Pr. Magdiel Pinilla,
esposa Diana Saldarriaga y Hno. de Iglesia.


Sindy Argumedo y su sobrina Dana Celeste.